Toda pregunta es una invitación a utilizar nuestra inteligencia para penetrar en la realidad de las cosas y descubrir la verdad que en ellas se encierra. Hay preguntas que no sólo interpelan a nuestro intelecto, sino también a la totalidad de nuestro ser. Son estas preguntas las que nos hacen reflexionar con hondura sobre nuestra forma de estar y de vivir.
Las personas somos perfectamente capaces de adaptarnos a la ambigüedad y a la incertidumbre. Para lo que no estamos preparados ninguno, es para movernos en medio de esa ambigüedad y en medio de esa incertidumbre sin orientación, referencias y valores.
La respuesta es una propuesta sobre lo que de verdad puede dar a nuestra vida, orientación, autenticidad y sentido. Sólo cuando nos alineamos con nuestra verdadera naturaleza podemos florecer como personas y alcanzar nuestra plenitud.