Catherine Camus, autora del libro dedicado a su padre Albert Camus. Solitario y solidario, fue entrevistada en La Contra de La Vanguardia el pasado sábado 4 de agosto. A continuación, compartimos un fragmento de la entrevista:
Ha salido de su refugio en el campo para presentar Albert Camus. Solitario y solidario (Plataforma). Un libro de fotos y material inédito sobre su padre que ha decidido mostrar, explica, "para recuperar su sonrisa y para que mis nietos sepan quién era realmente". Con el título recuerda que su padre desafió a los grandes sistemas ideológicos. Luchó contra el fascismo y abandonó el PC tras denunciar a Stalin y el gulag. "Se quedó solo, todos estaban contra él por defender el camino de en medio". Y en el prólogo cita: "Nadie puede morir en paz si no ha hecho todo lo posible por que los otros vivan". Solidario y humilde, ese es su recuerdo. Lo demás, la fama del escritor, es para ella una losa.
¿Qué le ha enseñado la vida? A ser tolerante. Y tuve que aprenderlo muy pronto.
¿En qué circunstancias? Cuando murió mi padre yo tenía 14 años y entendí que tanto la celebridad como el poder matan todo lo que hay a su alrededor.
¿Por qué lo dice? Nadie se fijó en que había dos niños que se habían quedado sin padre. Había mucha gente en casa, hablaban entre ellos, pero a nosotros nadie nos habló. El dolor de los demás hay que tenerlo en cuenta. Aquella dureza se instaló en mí.
¿Y su madre? Se marchó al lugar del accidente y cuando volvió no dijo nada.
¿Qué pasó entre su madre y su padre? Creo que eran amigos, él no se comportaba como un marido, pero ¿acaso existe un marido de ensueño?...
¿Lo está justificando? Se separaron cuando yo tenía 10 años, pero no era mi problema. Para mí lo extraño era lo de los demás, que los padres de mis amigas durmieran juntos.
¿Cómo era su madre? Muy dulce pero neurasténica. Siempre estaba cansada, de hecho mi padre se fue de casa porque la familia de mi madre se lo pidió, consideraban que le hacía daño.
¿Le hacía daño? No le era fiel; pero ella antes de morir me dijo que no se arrepentía de nada y que siempre amó a mi padre.