El café para todos debe desaparecer de la escuela, porque nuestras clases son tan diversas como la sociedad en la que vivimos. Si como adultos nos dedicamos a las ocupaciones más variopintas, ¿por qué nos empeñamos en enseñar del mismo modo y los mismos contenidos a todos los alumnos?
Afortunadamente, en los últimos años se escuchan cada vez más voces a favor de diferentes aproximaciones a la enseñanza. Montessori, Waldorf, el trabajo por proyectos y cooperativo, la gamificación, la incorporación de las nuevas tecnologías y, muy fundamentalmente, el aprendizaje a través del servicio, pueden ser integrados con el objetivo de que cada alumno y grupo tengan la educación que mejor se adecua a sus necesidades.