A pesar de que se ha demostrado que las personas empáticas son más felices y se sienten más plenas, la empatía no parece ser una preocupación central en la educación. Prueba de esto es el aumento del acoso escolar y el cyberbullying, por mencionar dos de las consecuencias asociadas a la falta de empatía. Entonces, ¿no deberíamos empezar a educar en la empatía? Porque, cuanta más empatía tiene una persona, menos utilizará la violencia como forma de resolver los conflictos. Las áreas cerebrales que actúan sobre ambas actitudes se solapan, en gran parte, por lo que una puede inhibir a la otra. Se trata, pues, de dos caras de una misma moneda; la mejor estrategia para reducir la violencia es fomentar la empatía. Educar en la empatía es el camino hacia una sociedad coo- perativa y altruista; es educar en el respeto, la solidaridad y el libre pensamiento. El autor, investigador en neurociencia, explica cómo formar personas más empáticas a través de pequeñas acciones que podemos realizar tanto en casa como en el ámbito escolar.
Es un libro ameno, fácil de leer y de comprender. Lo recomendaría a todos aquellos profesionales que traten con los niños, con las familias y los colegios. Sobre todo a los psicólogos, puesto que la empatía es un recurso clave en la mayoría de ámbitos.
Publicado miércoles, 8 de abril de 2020 a las 19:12 (8521)Todos somos eduacadores, con nuestro comportamiento y formas de actuar, lo hacemos continuamente y sin darnos cuenta. El libro consigue, sin perder el rigor científico, explicar la importancia de la empatía en la educación de una forma amena y fácil de leer. Da las claves de la educación del futuro y anima a los profesionales de la educación a ponerla en practica ya, en el presente. La empatía como vacuna de las enfermedades sociales. No podemos educar sin empatía, sin compromiso, sin verdad. Enhorabuena !!!
Publicado jueves, 26 de marzo de 2020 a las 17:01 (8510)Un libro clave para los educadores, que incluye desde padres y profesores como a cualquiera que se interese por la educación de nuestra sociedad y comunidad. Contiene muchos consejos prácticos a la hora de conseguir el mejor desarrollo de nuestros niños, siempre utilizando como fuente de datos diferentes investigaciones del campo de la Psicología. Enfatizando la importancia de la empatía en su crecimiento desde diferentes perspectivas para utilizarla como antídoto contra la violencia. Esto sirve para luchar tanto contra el bullying, en el caso de los más pequeños, como contra cualquier tipo de violencia manifiesta en nuestra sociedad adulta. En general una forma excelente de utilizar los conocimientos científicos más contemporáneos para dar consejos útiles sobre el uso de la empatía para criar a los más pequeños y dar un paso más en nuestra sociedad para acabar contra la violencia.
Publicado sábado, 8 de febrero de 2020 a las 17:00 (8445)Son innumerables las aplicaciones que este libro, puede tener en el sistema educativo actual, ya que es necesario fomentar el respeto y la educación basada en la diversidad y la inclusión. Es preciso, fomentar la cooperación entre los estudiantes, en lugar de la competición, y la creatividad como herramienta para la adquisición de conocimientos. Así mismo, es necesario normalizar más si cabe la diversidad familiar, la identidad de género y las distintas formas por las cuales se puede engendrar a un niño. Con todo ello, se conseguiría una sólida base sobre la cual se podría construir un nuevo sistema educativo, que castigue cualquier tipo de violencia y que valore y desarrolle las capacidades y habilidades individuales que posee cada estudiante. Tanto este libro, como la psicología fisiológica en general, contribuyen de una manera muy significativa al desarrollo de una sociedad mucho más empática, compasiva y respetuosa. Esto es así, ya que gracias a los nombrosos estudios que se realizan, y a los nuevos datos que se desprenden de los mismos, se permite obtener mayor información para crear planes de intervención aplicables a muchos contextos y situaciones sociales. Sin duda alguna, los centros escolares son uno de los focos en los cuales se debe prestar una mayor atención. A través de la correcta formación tanto de los docentes, como de las familias, se puede contribuir a la evitación y erradicación de problemas, que en muchas ocasiones, son difícilmente detectables, como consecuencia del miedo y la inseguridad que sientes aquellos niños y niñas, que padecen tales experiencias. Con todo ello, se conseguiría una sociedad mucho más empática y feliz, en la cual primaría la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y el respeto, dejando de lado cualquier tipo de discriminación.
Publicado martes, 4 de febrero de 2020 a las 16:43 (8444)Me resulta interesante saber que hasta los dos o tres años de vida no se empieza a desarrollar la empatía y que no es hasta pasada la adolescencia cuando se alcanza su mayor expresión a nivel cerebral. Creo que es una información útil para entender desde una perspectiva fisiológica a niños y adolescentes sin caer en el rechazo de ciertas actitudes y ver y aceptar esto como parte del desarrollo, no solamente psicosocial sino también físico y dejar así de atribuir retrasos de maduración actitudinal por desobediencia o capricho a personas que están aún en plena formación fisiológica. Lo que quiero decir es que entender las razones biológicas de ciertas actitudes, a mí como madre de un adolescente me ayuda a no atribuir el egoísmo, la frialdad, la inconsciencia, la impulsividad y muchas otras características típicas de esta etapa, como parte de su personalidad sino como parte de un proceso, evitando así el encasillamiento de su persona con todas las consecuencias que esto puede derivar. Esto aplicado al ámbito educativo me parece esencial, dado que si como padres, con todo el amor que les tenemos a nuestros hijos, podemos caer en ese error de interpretación, maestros y profesores que no desarrollan un fuerte vínculo con ellos y se pasan día tras días con muchos de ellos, están más predispuestos a caer en prejuicios que terminan por afectar al alumno y a su aprendizaje. Evidentemente cualquier maestro está formado en desarrollo vital a lo largo de su formación pero no es lo mismo aprenderlo en un momento dado que tenerlo presente cuando ya se lleva ejerciendo un tiempo y la experiencia modela ciertos hábitos. Por lo que considero que este libro es un manual a tener cerca para maestros y sobre todo profesores, los cuales, la gran mayoría, apenas tienen formación pedagógica y no saben cómo tratar con el preadolescente o adolescente que tienen enfrente. Esto ayudaría tanto a comprender y por lo tanto empatizar con los niños y adolescentes como para educar en empatía, disminuyendo así la violencia en todas sus formas como puede ser el bullying y sus consecuencias, nefastas en algunos casos y de por vida, en un gran porcentaje. También podría ser un manual para padres, la mayoría actuamos de la mejor forma posible y muchos repitiendo los mismos patrones que ellos recibieron de sus padres, basados en mucha desinformación, propia de épocas anteriores en las que no se respetaba ni trataba de entender al adolescente, inclusive se fomentaba de una forma indirecta claro está, el acoso o aislamiento social a quien fuese diferente a la mayoría, bien por su condición física, mental o sexual. Educar en la empatía es un manual con el que podemos contar para ayudar a hijos, sobrinos, nietos, alumnos, etc, a crecer con unas bases que fomenten la empatía, el respeto, la autoestima, la tolerancia, un sano establecimiento de vínculos, autonomía, humildad, motivación, cooperación y auto conocimiento, creo que es nuestro deber hacer uso de ello. Y lo más importante, libres de violencia, con gran capacidad de resolución de conflictos, de forma pacífica y eficaz, dado que la vida está llena de ellos y aprender a resolverlos es aprender a no evitarlos.
Publicado lunes, 3 de febrero de 2020 a las 11:48 (8440)
